
En nuestra sociedad aún se encuentra arraigada la costumbre de que, cuando una mujer contrae matrimonio, cambia su segundo apellido por el de su esposo, sin embargo, no es obligatorio hacerlo.
Es importante señalar que esta costumbre puede traer consecuencias legales, pues al modificar tus apellidos y realizar actos jurídicos con esa variación, puede poner en duda la identidad de la persona.
Te recomendamos utilizar siempre tu nombre de soltera para preservar tu identidad como mujer, no des oportunidad de poner en duda tu identidad, evita problemas jurídicos y sobre todo evita tener que realizar trámites legales para aclararlo.
En la actualidad la mujer ya se desempeña en el campo profesional, desarrollando toda clase de actividades y actos jurídicos donde evidentemente utiliza su nombre, sin importar su estado civil, por lo que es importante que desde un principio lo uses correctamente, te puedes ahorrar confusiones y sobre todo trámites engorrosos para aclararlo.